Sala, Xavi

Imagen de su último cortometraje La autoridad

Cuando conocí a Xavi Sala, sólo había rodado un cortometraje, 60 años. Ya desde que vi ese primer trabajo, pensé que era un firme candidato a rodar un largometraje en breve. Siete años después y con otros seis cortos más, sigo creyendo lo mismo, pero con desesperación. ¿Qué más debe hacer un creador en este país para que le den una oportunidad? Supongo que armarse de paciencia.

Aunque no es por casualidad que Xavi Sala sea uno de los cortometrajistas más prestigiosos y premiados de España, ya que en todas sus historias queda patente el valor que él le confiere al corto y a todas sus posibilidades. Así en 60 años, Maleteros, Los padres, Hiyab, En el instituto, La parabólica o en La Autoridad, vemos que no son sólo un trampolín para poder dar un salto a un proyecto más largo, sino que en sí mismos son trabajos que ahondan en la verdadera naturaleza del corto, contando historias con un marcado tono rebelde, con una valentía que le lleva a provocar casi sin pretenderlo, ya que en realidad él nos remite a nuestra propia conciencia para valorar las conductas poco morales de sus protagonistas.

Ese es un denominador común en la trayectoria de Xavi. No es un cineasta que ponga las cosas fáciles al espectador. Su participación es obligada y por eso sus cortos suscitan tanta incomodidad. Porque no sólo miramos, sino que además debemos valorar y posicionarnos sobre aquello de lo que somos testigos.

Un valor de nuestra industria, que esperemos pronto deje de serlo y se convierta en un consumado director de largometrajes. Sin ninguna duda, una buena noticia para nuestro cine.