Lluís Quílez
Lluís Quílez

Nace en Barcelona en 1978. Se gradúa en la especialidad de Dirección/ Realización en la ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya). Entre el año 1999 y el 2001 escribe, realiza y monta cuatro cortometrajes en 16 mm. Posteriormente idea y realiza los títulos de crédito de Killing the Spot en el 2002.

Como ayudante de dirección trabaja para diversos cortometrajistas (Kike Maillo, El perro de Pavlov; Pau Fernández, Nito; Sergi Martí, La playa) en 35 mm. También colabora en los videoclips de Escándalo Films S.L y los comerciales de Liquid Reality Prod., lo que le lleva a dar el salto al largo en el año 2002 como segundo ayudante de dirección para Ventura Pons en El gran gato.

En el 2004, debuta como productor y realizador en terreno del making of, para el largometraje Amor Idiota, dirigido por Ventura Pons y producido por Els Films de la Rambla S.L.

Si hay algo a destacar de LLuís Quílez como guionista y realizador, son los conocimientos que hacen del cine algo universal y emocionante. La precisión en el guión, el dominio de la narrativa y lenguaje cinematográfico, así como del ritmo visual, se convierten en sus mejores armas para afrontar cualquier nuevo proyecto, consiguiendo así, que una combinación de rigor, eficiencia y pasión impregne todos sus trabajos.

www.lluisquilez.com

  • 2004. El siguiente (16’, 35 mm color) su primer corto en 35 mm
  • 2006. Avatar (15’, 35 mm color)
  • 2007. Yanindara (20´, 35 mm, color)
  • Quílez, Lluís

    La protagonista de Yanindara
    La protagonista de Yanindara

    Audaz, astuto, perseverante y muy perfeccionista. Así es Lluís Quilez rodando. Los tiempos entre un rodaje y otro parecen ser la búsqueda infatigable de la historia adecuada explicada con recursos irrefutables. Nada es gratuito. Todo se ha pensado; en la soledad del ordenador, en viñetas, en referentes.

    Las preparaciones más intensas de mi vida en el cine han sido en sus cortometrajes, porque consigue despertarte aquel deseo infinito por el cine que uno siempre lleva dentro. Y esta emoción se filtra como el agua en la arena por todo el equipo para conseguir lo más alto que cada uno pueda dar a la película hasta el final.

    Cuando empieza un rodaje da la sensación de estar en un concierto de clásica. El director sabe en cada momento qué nota se debe tocar y sus músicos deben no sólo seguir la partitura, que es muy clara, sino estar atentos a su batuta. Cuando se rompe la cuerda de un violín o no hay suficientes instrumentos de viento, el director, que siempre es músico y compositor de formación, sabe cómo hacer de ello el mejor concierto; sólo él, aunque a los intérpretes no se lo parezca porque está reestructurando todos los pentagramas.

    La música es matemática, y el cine de Lluís tiene mucha.

    Su lenguaje es muy universal, y cuanto más medido mejor.

    Acompañante de festivales he podido vivir uno de los milagros del séptimo arte: comprobar que todas aquellas intenciones escondidas detrás del guión que te explicaba, antes incluso de existir story-board, estaban en la pantalla y se percibían exactamente así por los espectadores. Oír los mismos comentarios en varios idiomas y varios países hace creerte que esto de las películas es el mejor instrumento que puedes tocar en la vida.

    Jordi Herreros
    Licenciado en Comunicación Audiovisual. Ha participado en sus tres cortos: jefe de producción de El siguiente, y director de producción de Avatar y Yanindara. Director de producción de los largometrajes Bala de fogueo y Fake Orgasm, ha participado como jefe de producción y también como ayudante en: Lo mejor de mí, La mujer del anarquista, 23-F, Tres metros sobre el cielo y Dictado, además de innumerables spots publicitarios

    1. Lo que más me gusta del mundo del cortometraje es… La ilusión y la magia que hay en torno a la realización de un corto no es comparable ni a la publicidad, el videoclip, la televisión o una película de cine. Siempre digo que el corto es equiparable al primer amor por la mezcla de inocencia, pureza y esperanza que lo envuelven.

    2. Lo que menos me gusta del mundo del cortometraje es… que se le dé un excesivo valor a los premios. Creo que la satisfacción con el trabajo realizado no ha de medirse en función del resultado en festivales sino de la valoración personal que ha de hacer el autor una vez ha acabado su obra.

    3. Gracias al cortometraje yo… he aprendido a ser director de cine.

    4. Recuerdo que en mi primer cortometraje… Que la ignorancia es atrevida…

    5. Necesito mejorar… Por suerte cada proyecto es una nueva aventura, en la que sí sirve lo que has hecho o aprendido hasta ese momento pero a la vez hay que retarse y poner en juego nuevas facetas que muchas veces desconoces. Para mí eso es una de las motivaciones mayores dentro de esta profesión ya que soy un adicto al reto.

    6. Internet. Hace 20 años podías hacer un corto buenísimo y como los canales de distribución eran muy limitados, que lo viera muy poca gente. Hoy, gracias a Internet, podemos darnos a conocer y que surjan muchas oportunidades interesantes ya que nuestros trabajos se dan a conocer en todo el mundo y a una audiencia global.

    7. Un cortometraje que me marcó fue… La jetée (1963), de Chris Marker.

    8. Mi próximo proyecto es… Hay varios proyectos de largometraje, pero no puedo aventurar cuál se rodará primero. En cualquier caso no me gustaría abandonar el mundo del cortometraje, así que espero poder combinar la realización de largos con los cortos en un futuro.

    9. Un deseo para el mundo del cortometraje. Que se emitan por televisión. ¿Por qué no un canal temático 24 horas? Hay material de sobra, cortos excelentes en todo el mundo que de bien seguro podrían satisfacer a un amplio sector de la audiencia. Hoy en día con la aparición de la TDT tiene más sentido que nunca. Obviamente eso repercutiría también en los cineastas, creo que para bien. Más dinero, más recursos, más difusión, etc

    10. El cortometraje. Es un pozo de sueños y esperanzas, de ilusión y de magia.

    Lluís Quílez